Sin palabras


La paradoja de un periodista, quedarse sin nada que contar, pero también lo es la del propio ser humano, social por naturaleza. Pero quizás detrás de los silencios hay más contenido que en las propias palabras. Porque ¿qué fue antes, el lenguaje o el pensamiento? Dejo atrás estos debates entre lo lingüístico y lo antropológico para sumergirme en algo más banal: la falta de ganas de hablar de lo concreto en comparación con el deseo de adentrarse en lo abstracto, simplemente por el hecho de abstraerse.

Cuando no estoy muy bien, desde pequeña, antes que hablar prefería escribir. Es cierto, al menos conmigo lo es, que escribir tus pensamientos ayuda a sentirte mejor. Y pensamientos tengo muchos, más que palabras, y por mucho que lo intente -o quiera-  no llego ni de lejos a dominar el lenguaje para acercarlo a la maraña que habita en mi cabeza.

Pero, para no perderme aún más en lo intangible, por ponerle nombre diremos que futuro es la palabra que a día de hoy más me preocupa. Eso y lo que quiero hacer en idem.

Reconozco que he caído en la tentación de tantear el mercado. A mi pesar, todo sigue igual y me pongo nostálgica al verme de aquí a cuatro meses libreta en mano cubriendo la campaña de las municipales. ¿Un martirio? No, un anhelo profundo.

Pero entre el amplio horizonte de posibilidades no hay mucha elección y casi todos los caminos apuntan a Roma, o lo que es lo mismo a la vuelta a las aulas. Me confieso tentada por un par de grados, Relaciones Laborales y Administraciones Públicas. Como véis, una huida de los medios. Sigo convencida de que estudiar en este sector no sirve, de ahí el giro a lo práctico.

El problema es que nunca fui práctica y me tienta mucho más Historia del Arte. Lo que ocurre es que para sueños, ya he vivido el mío como para permitirme el lujo de seguir soñando.

En cualquier caso, no quiero nada de eso. Ni siquiera sé lo que quiero, que es lo grave. O quizás sí lo sé, pero no encuentro las palabras. ¡Una vez encontré una que me gustó tanto que me hizo sentirme realizada! Lástima que Periodismo para todos no signifique lo mismo ni cause su pronunciación tanta dicha.

Quizás erré, en la forma, pero no en el concepto. Seguiré pues buscando una palabra para al menos arañar lo que deseo, pero ésta vez será un adjetivo para que el sustantivo de mis amores -la palabra que mejor expresa mi sentir- no vagabundee solo. ¿Periodismo deportivo? ¿Periodismo judicial? ¿Periodismo social? ¡Periodismo político!

¡Por fin lo encontré!

 

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